¿Qué es?
La inseminación artificial heteróloga intrauterina es una técnica que consiste en la introducción del semen del donante, previamente tratado en el laboratorio, dentro de la cavidad uterina de la mujer durante el periodo próximo a la ovulación. Este semen habrá sido facilitado por un banco legalmente autorizado.
¿Para quienes se les indican esta técnica médica?
Se les indican a los pacientes que sufren de azoospermia o ausencia completa de espermatozoides en el semen. A los pacientes que sufren de una disminución severa del número o de la movilidad de los espermatozoides presentes en el semen.
Es una técnica médica usada tras el fracaso de la fertilización in vitro. O ante la presencia de ciertas alteraciones cromosómicas o genéticas del padre. Ante riesgo de transmisión de otro tipo de patología.
En pacientes que son mujeres solas. Y en países donde está permitido el matrimonio homosexual, en parejas de lesbianas.
¿Cómo es el procedimiento?
El procedimiento se puede llevar a cabo durante el ciclo natural, o después de un proceso de estimulación ovárica. La estimulación de los ovarios se realiza mediante el uso de fármacos cuya acción es similar a la de ciertas hormonas producidas por la mujer. La finalidad de este tratamiento es obtener el desarrollo de uno o varios folículos, en cuyo interior se encuentran los óvulos.
El proceso de estimulación ovárica se controla habitualmente mediante ecografías vaginales que informan del número y tamaño de los folículos en desarrollo, complementadas en ocasiones con ciertas determinaciones hormonales. Una vez obtenido el desarrollo adecuado, se administran otros medicamentos para lograr la maduración final de los óvulos y programar el momento más adecuado para realizar la inseminación. El día indicado para la inseminación, la muestra seminal procedente del banco se procesará con el fin de seleccionar los espermatozoides de mejor calidad. Posteriormente, se realiza la introducción de dichos espermatozoides en el interior del útero mediante un catéter fino y flexible. Este procedimiento es indoloro, con pocas molestias y no requiere anestesia ni hospitalización. Una vez realizada la inseminación se podrá aconsejar algún tratamiento hormonal, con la finalidad de favorecer la posible gestación.
¿Cuál es la efectividad de esta técnica de fertilización?
La edad de la mujer es un factor importante ante la espera de un buen resultado. Además, la existencia de causas adicionales de esterilidad aumentan los riesgos. Según las estadísticas de Vidafer, la tasa de embarazos es del 15% en mujeres menores de 35 años por ciclo realizado.
¿Cuáles son los principales riegos de esta técnica de fertilización?
Los principales riesgos de este procedimiento terapéutico son dos:
1. Embarazo múltiple: una complicación grave, que supone riesgos físicos para la madre y los fetos, en especial cuando la gestación es de más de dos fetos.
2. Síndrome de hiperestimulación ovárica: en ocasiones, la respuesta ovárica al tratamiento es excesiva, se desarrolla un gran número de folículos, aumenta el tamaño ovárico y se eleva considerablemente la cantidad de estradiol en sangre. Además, el desarrollo de este síndrome tiene relación directa con la administración del fármaco necesario para la maduración final de los ovocitos (hCG) y la consecución de embarazo. Se clasifica en leve, moderada y severa, siendo esta última excepcional (menos de un 2%), y se caracteriza por acumulación de líquido en el abdomen e incluso en el tórax, así como por alteraciones de la función renal o hepática.